ORGANIZADO POR PABLO
MARTIRENA EN COVICENOVA, EL “TIERNO” DE LEÓN BRINDÓ UNA CHARLA DE SU CLÍNICA JGC
AL FÚTBOL INFANTIL DEL CLUB
“Lo más importante es
la formación”
Desde hace cinco años y diez meses Carlos Daniel De León,
conocido popularmente como el “Tierno”, brinda charlas gratuitas en diferentes
clubes de fútbol infantil de todos los rincones del país. Su clínica es
conocida como JGC, que son las iniciales de los nombres de sus tres hijos. De
León vuelca así lo que resultó su experiencia como futbolista profesional donde
incluso llegó a ser Campeón Uruguayo con Bella Vista en el año 1990. Formado en
el baby fútbol del club Nuevo Juventud llegó a Cerro, donde jugó en Primera
División desde 1982 hasta 1989. En Uruguay también militó en Fénix y Rentistas
de AUF, y Progreso de Estación Atlántida de OFI, al tiempo que en el exterior
estuvo en: Bolívar (Bolivia), Málaga (España) y Alianza Lima (Perú). Posteriormente
trabajó con Julio Ribas en Peñarol, pasando antes por Bella Vista en el rol de
Entrenador. Hoy día vive de su trabajo y el fútbol es un complemento más en su
vida.
“Gracias a Pablo
Martirena, que fue el contacto para venir a Covicenova, hoy estoy de local,
vamos a hablar de la importancia que tiene el entorno del niño. La temática se
divide en partes. Esto es un triángulo, el niño en el centro, por supuesto, la
familia, los papás y el orientador. En una trilogía están los orientadores,
cuando digo los papás pueden ser los tíos o los abuelos, quien esté a cargo del
niño en cuestión que venga a practicar. No es una deshonra ser orientador, es
más importante que ser técnico el ser orientador, porque nosotros acá estamos
formando niños, estamos formando personas. No se olviden que de mil niños llega
uno a ser como Suárez o Cavani, después anda en un porcentaje entre diez y
veinte que hacen su carrerita, después hay otro porcentaje que quedan en
divisiones juveniles y hay otros que después ni llegan a esa circunstancia. Por
eso para nosotros lo más importante es la formación”, destacó Carlos De
León en su oratoria y mirando fijamente a todos los costados fundamentalmente
para llegar a los adultos presentes en la sede del club cerrense.
De León inicialmente en su alocución dejo en claro que: “Las clínicas no son para aconsejar ni
retar a nadie, simplemente son para sugerencias y para dejar mensajes. Con los
orientadores, con los papas, mismo con los niños podemos intercambiar ideas. Yo
voy hacer preguntas y quiero que alguien que no entienda algo y lo crea conveniente
me haga una seña, repreguntamos y explicamos. A nosotros nos atañe acá el
fútbol, pero esto es para cualquier deporte, siendo la misma trilogía se actúa
de manera diferente. Cómo se puede practicar el fútbol, en qué lugares? Se
puede practicar ordenado, en colegios, en escuelas y en clubes de baby fútbol”.
El Entrenador puso ejemplos claros y concretos dejando en
claro las situaciones por las que atraviesan los niños en la formación diaria a
nivel escolar y en el acontecer diario del niño los días de prácticas y
partidos en los que ven cambios en los comportamientos de los adultos, tanto de
quienes los llevan como también quienes los dirigen en el campo de juego: “Yo les digo esta trilogía pero normalmente
cambia, tenemos al niño en el colegio, aquellos padres que tienen la
posibilidad o hacen el esfuerzo, o en la escuela que practican fútbol. Ustedes
van a ver al niño y que ven? Papás que les gusta lo lúdico, que se entretenga,
que juegue, el aprendizaje. Ganamos, perdemos y bueno, ya va a salir. Lo vemos
normalmente eso, yo no digo que sea el cien por ciento, pero un gran porcentaje
sucede así. Ahora yo le pongo el mismo papá y cuando digo papá digo mamá
también eh; el mismo niño, el mismo entrenador, orientador o técnico, como
quieran llamarle, en una cancha de baby fútbol, en un equipo de baby fútbol. Es
el mismo papá, no, es el mismo orientador, no, y no se olviden que nosotros
somos el entorno del niño. Nosotros podemos cambiar hasta la forma del carácter
del niño, las personas mayores, a estas edades del baby fútbol, es cuando los
niños se vuelven esponjas y absorben todo. Absorben si tomamos, si fumamos, si
somos mal hablados, si nos tenemos respeto, si trabajamos o no trabajamos, y
estoy hablando de chiquitos menores de siete años, ya más grande absorben más
todavía”.
De León puso sobre la mesa no solo la experiencia que le
tocó observar de un técnico de fútbol infantil para con su hijo sino además
colocó ejemplos para que se vea a que punto se lo exige al niño dentro de la
cancha, manifestando: “Nosotros nos
peleamos todo el día con el peor enemigo que son el play y la computadora.
Entonces cual es el tema, hay que tener mucho cuidado porque nosotros estamos
en la edad que marcamos a los niños. El orientador es el espejo para los
gurises que dirige, por eso trabajamos con niños y no con hombres chiquitos,
muchos piensan que son hombres chiquitos. Vemos a Messi por la punta izquierda
y metiendo diagonal y los técnicos toman al niño puntero izquierdo, lo ponen en
la raya y lo llevan de puntero derecho porque tiene que hacer la de Messi, y se
olvidan que es un niño, no es un hombre. Vemos subir a Dani Alves y quieren que
el niño suba igual, pero que suba y que baje, y hasta le exigen que marque. Mi
hijo en el año 2000 jugaba en Cerromar y el técnico le decía: segunda pelota y
cobertura, pero porqué era, yo había trabajado con Julio Ribas. Y un día al
técnico le pregunté si sabía lo que era segunda pelota y cobertura, y me
contestó: no se pero está bueno, está de moda. Pero seguro, era una categoría
de niños nacidos en 1989 que lo ganaron todo desde chiquititos hasta que fueron
más grandes en su etapa del baby fútbol. Y yo veía las prácticas, el técnico se
daba vuelta y les repetía segunda pelota y cobertura. Saben cuántos de esos
niños jugaron en Primera? Uno solo, y ustedes se preguntan el porqué? La razón
fue porque no hubo formación”.
El estratega no dejó escapar temas y puntualizó varios
aspectos básicos, tomando en cuenta la forma en la que se vive hoy día, desde
la utilización de las redes sociales hasta el uso de la internet, incluyendo
hasta cómo nos ven desde el exterior y las preguntas que se hacen del porqué
surgen tantos futbolistas desde estas tierras, diciendo lo siguiente: “Saben de que son los trofeos, de plástico,
y si quieren darle uno de estos a los botijas hacen una colecta y se lo
compran. Se lo dan a los gurises, les dicen que son campeones y vienen a
comerse un asado a la sede y dan la vuelta olímpica. Lo importante es la
formación de niño, los valores que aprenda el niño. Por eso yo les digo, como
ven de los padres, ven de los técnicos. Nosotros para venir a entrenar tenemos
que hacerlo con el equipo deportivo que tengamos, por más pobre que sea, hay
que explicarles el porqué se pasa la pelota con cara interna del pie y no con
cara externa. Ahora, si vengo de trabajar en la oficina, me dieron la
posibilidad de dirigir a los niños, no me preparo, estoy cuatro horas en
Internet, porque ahora todos tenemos Facebook verdad? Y ahí empezamos con el me
gusta, no pero vos sos más linda, y vos sos así y así, y encima nos sacamos fotos
en el baño y con los azulejos rotos o el espejo partido, todavía ni a eso le
prestamos atención. Ahora, si yo voy a trabajar con niños yo me tengo que
preparar, tengo que hacer cursos, no querés ir al curso, usá Internet, porque
bien usado es notable. Ahí encuentro páginas del Bayern Munich, Real Madrid,
Ajax, los equipos mexicanos todos tienen fútbol base, hay de Argentina,
Colombia, hay Uruguayas; y en todas te dicen específicamente que pueden hacer
por ejemplo los niños de ocho años. Ojo, hay una diferencia, en el Bayern
Munich son todos rubios, de ojos celestes, vestidos de Adidas, jugando en
césped sintético y llenos de propaganda. Y nosotros podemos hacer exactamente
lo mismo. Pero nosotros tenemos algo raro, vinieron: sociólogos, psicólogos,
psiquiatras, pediatras y no se explican cómo ganamos tanto? Porqué Peñarol ganó
faltando cero segundo, porqué Nacional ganó con gol de Waldemar Victorino que
siendo bajito le ganó saltando a cabecear a dos zagueros del Inter que eran
torres enormes? No se lo explican, no tienen ni idea, pero tampoco tienen idea
que el único país que tiene canchas con bajada es acá. Por ejemplo, la cancha
de Racing debe tener las mismas paredes en los vestuarios pero pintadas
diferente de cuando yo jugaba en juveniles hace cuarenta años, la tribuna
visitante sigue con la misma fila de tres banquitos y tiene poco más de un
metro de alta. Organizativamente estamos diez veces atrasados con respecto al
resto, por eso no lo entienden, y encima somos tres gatos locos. Entonces, cual
es el tema, nosotros para trabajar con niños nos tenemos que preparar”.
Entre varios temas tocó uno fundamental, los ejercicios
físicos, los cuales en la niñez son innecesarios ya que de por sí el niño es un
derroche constante de energía y no para, sobre todo porque también desarrolla
su curiosidad constantemente.
Además hay un factor clave, no tiene desarrollo de la masa
muscular como si sucede cuando empieza a desarrollarse en la etapa de la
adolescencia, ahí es donde se marca la diferencia con la niña en cuanto a la
potencia física por la diferencia muscular y radica el porqué el fútbol no
sigue siendo mixto.
También puso un ejemplo claro ubicándolo precisamente sobre
el cabeceo al esférico y algunas tareas a desarrollar diciendo: “Qué no debemos hacer, no voy a cuestionar
a nadie, pero si me voy adelantar. Ustedes saben que en el baby fútbol juegan
niñas y niños en forma conjunta. Pero después del baby fútbol no porque cambian
físicamente. Y saben porque en la niñez juegan juntos? Porque son exactamente
iguales. Cuando un niño se desarrolla recién ahí se pueden hacer trabajos de
fuerza, sabían eso? Nosotros vemos entrenadores que van hacer pretemporada a la
playa del Cerro, subiendo cuestas. Y cuál es el tema? Prefiero alguien que no
sepa nada, les tire la pelota y les diga vamos a jugar al fútbol, a aquel que le
haga hacer trabajos de fuerza al niño. A los niños hay que hacerlos trabajar en
fundamentos, enseñarles a parar una pelota, a desinflar el pecho, amortiguar la
pelota, cabecear. Teniendo campo, pelota y niños yo les voy hacer una muestra
bien fácil. Por ejemplo, practican dos veces por semana, sería bueno que fueran
tres, pero por distintos motivos se hacen dos prácticas. Nosotros tomamos diez
minutos de cada práctica haciendo trabajos de cabecear el balón (aquí
mostró un ejemplo de cómo se cabecea instintivamente sin saber hacerlo y cómo
se cabecea correctamente). Después va a
venir el trabajo con los brazos para impulsarse, para cubrirse la cara, para
meter el paso atrás, para saber meter el codo sin pegarle al rival, arquear el
cuerpo para darle precisión y potencia a la pelota. La dificultad va en el
tiempo y en el trabajo del niño que tiene que ser continuo, constante, no puede
ser un día trabajamos como Real Madrid y otro como Sacachispas. Todo esto lleva
un proceso, es lo que hay que hacer para darle maduración y respetar el proceso
de los niños, cosa que no se ven en montones de lugares”.
Carlos De León continuó con el análisis del cabezazo a la
pelota y también tocó un tema que es moneda corriente hoy en día, las
publicaciones en las que se tilda a los niños como tigres o leones,
argumentando que: “En todas las canchas
escuchas dale fulanito, y así varios gritos de todos lados hacia el niño, y vos
que trabajaste toda la semana si tienes la voz baja fuiste, me explico. Ahora
yo les digo, vamos a hacer un calculo, diez minutos veinte cabezazos, dos veces
a la semana son cuarenta cabezazos, al mes son ochenta cabezazos en cuatro
semanas, diez meses que son el proceso que tiene el baby fútbol en el año son
ochocientos cabezazos. Y en diez años son ocho mil cabezazos, entonces,
aprendió a cabecear o no aprendió a cabecear? La respuesta es que si no
aprendió al menos lo mejoró de lo que hizo inicialmente. Otro ejemplo, yo tenía
un compañero que decía: yo a la barrera no voy. Y para mi es valiente porque yo
no quiero un compañero que me haga de bailarina en la barrera y se de vuelta
cuando rematan a mi arco. Todo es un proceso, no es solo selección, títulos,
viajes, ganamos la copa, somos los mejores. En Facebook veo que ponen: arriba
los leones, los tigres de tal cuadro, mi hijo es maravilloso, y veo las fotos
donde ponen a los gurises de diferentes formas. Está bien, sacale fotos, pero
si atrás de eso hubiese otro trabajo, yo me quedo tranquilo. Los padres saben
que no hay ese trabajo, incluso son pocos los que trabajan por los clubes y
muchos de ellos depositan a sus hijos para que los demás se hagan cargo. Hay
que ser cuidadoso con las expectativas del niño, y de los padres, porque muchas
veces tienen más ganas de jugar los padres y los abuelos que los propios niños.
A los niños se los está formando para la vida, no todos van a llegar a Primera
División y nosotros como padres debemos ayudarlos a que cumplan el sueño, pero
tampoco podemos ser tan necios. Yo quiero que mi hijo patee los penales, sea
campeón y llegue a ser famoso y todavía lo venden y no trabajo más, pero no es
así. Están los padres posesivos y los padres interesados, que son los padres
que depositan sus hijos en el club. Es más importante que el niño esté en el
club, practicando deporte y tomando hábitos de deportista y fundamentalmente
que estudien”.
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