jueves, 4 de mayo de 2017

ORGANIZADO POR PABLO MARTIRENA EN COVICENOVA, EL “TIERNO” DE LEÓN BRINDÓ UNA CHARLA DE SU CLÍNICA JGC AL FÚTBOL INFANTIL DEL CLUB

“Lo más importante es la formación”

Desde hace cinco años y diez meses Carlos Daniel De León, conocido popularmente como el “Tierno”, brinda charlas gratuitas en diferentes clubes de fútbol infantil de todos los rincones del país. Su clínica es conocida como JGC, que son las iniciales de los nombres de sus tres hijos. De León vuelca así lo que resultó su experiencia como futbolista profesional donde incluso llegó a ser Campeón Uruguayo con Bella Vista en el año 1990. Formado en el baby fútbol del club Nuevo Juventud llegó a Cerro, donde jugó en Primera División desde 1982 hasta 1989. En Uruguay también militó en Fénix y Rentistas de AUF, y Progreso de Estación Atlántida de OFI, al tiempo que en el exterior estuvo en: Bolívar (Bolivia), Málaga (España) y Alianza Lima (Perú). Posteriormente trabajó con Julio Ribas en Peñarol, pasando antes por Bella Vista en el rol de Entrenador. Hoy día vive de su trabajo y el fútbol es un complemento más en su vida.



“Gracias a Pablo Martirena, que fue el contacto para venir a Covicenova, hoy estoy de local, vamos a hablar de la importancia que tiene el entorno del niño. La temática se divide en partes. Esto es un triángulo, el niño en el centro, por supuesto, la familia, los papás y el orientador. En una trilogía están los orientadores, cuando digo los papás pueden ser los tíos o los abuelos, quien esté a cargo del niño en cuestión que venga a practicar. No es una deshonra ser orientador, es más importante que ser técnico el ser orientador, porque nosotros acá estamos formando niños, estamos formando personas. No se olviden que de mil niños llega uno a ser como Suárez o Cavani, después anda en un porcentaje entre diez y veinte que hacen su carrerita, después hay otro porcentaje que quedan en divisiones juveniles y hay otros que después ni llegan a esa circunstancia. Por eso para nosotros lo más importante es la formación”, destacó Carlos De León en su oratoria y mirando fijamente a todos los costados fundamentalmente para llegar a los adultos presentes en la sede del club cerrense.
De León inicialmente en su alocución dejo en claro que: “Las clínicas no son para aconsejar ni retar a nadie, simplemente son para sugerencias y para dejar mensajes. Con los orientadores, con los papas, mismo con los niños podemos intercambiar ideas. Yo voy hacer preguntas y quiero que alguien que no entienda algo y lo crea conveniente me haga una seña, repreguntamos y explicamos. A nosotros nos atañe acá el fútbol, pero esto es para cualquier deporte, siendo la misma trilogía se actúa de manera diferente. Cómo se puede practicar el fútbol, en qué lugares? Se puede practicar ordenado, en colegios, en escuelas y en clubes de baby fútbol”.

El Entrenador puso ejemplos claros y concretos dejando en claro las situaciones por las que atraviesan los niños en la formación diaria a nivel escolar y en el acontecer diario del niño los días de prácticas y partidos en los que ven cambios en los comportamientos de los adultos, tanto de quienes los llevan como también quienes los dirigen en el campo de juego: “Yo les digo esta trilogía pero normalmente cambia, tenemos al niño en el colegio, aquellos padres que tienen la posibilidad o hacen el esfuerzo, o en la escuela que practican fútbol. Ustedes van a ver al niño y que ven? Papás que les gusta lo lúdico, que se entretenga, que juegue, el aprendizaje. Ganamos, perdemos y bueno, ya va a salir. Lo vemos normalmente eso, yo no digo que sea el cien por ciento, pero un gran porcentaje sucede así. Ahora yo le pongo el mismo papá y cuando digo papá digo mamá también eh; el mismo niño, el mismo entrenador, orientador o técnico, como quieran llamarle, en una cancha de baby fútbol, en un equipo de baby fútbol. Es el mismo papá, no, es el mismo orientador, no, y no se olviden que nosotros somos el entorno del niño. Nosotros podemos cambiar hasta la forma del carácter del niño, las personas mayores, a estas edades del baby fútbol, es cuando los niños se vuelven esponjas y absorben todo. Absorben si tomamos, si fumamos, si somos mal hablados, si nos tenemos respeto, si trabajamos o no trabajamos, y estoy hablando de chiquitos menores de siete años, ya más grande absorben más todavía”.



De León puso sobre la mesa no solo la experiencia que le tocó observar de un técnico de fútbol infantil para con su hijo sino además colocó ejemplos para que se vea a que punto se lo exige al niño dentro de la cancha, manifestando: “Nosotros nos peleamos todo el día con el peor enemigo que son el play y la computadora. Entonces cual es el tema, hay que tener mucho cuidado porque nosotros estamos en la edad que marcamos a los niños. El orientador es el espejo para los gurises que dirige, por eso trabajamos con niños y no con hombres chiquitos, muchos piensan que son hombres chiquitos. Vemos a Messi por la punta izquierda y metiendo diagonal y los técnicos toman al niño puntero izquierdo, lo ponen en la raya y lo llevan de puntero derecho porque tiene que hacer la de Messi, y se olvidan que es un niño, no es un hombre. Vemos subir a Dani Alves y quieren que el niño suba igual, pero que suba y que baje, y hasta le exigen que marque. Mi hijo en el año 2000 jugaba en Cerromar y el técnico le decía: segunda pelota y cobertura, pero porqué era, yo había trabajado con Julio Ribas. Y un día al técnico le pregunté si sabía lo que era segunda pelota y cobertura, y me contestó: no se pero está bueno, está de moda. Pero seguro, era una categoría de niños nacidos en 1989 que lo ganaron todo desde chiquititos hasta que fueron más grandes en su etapa del baby fútbol. Y yo veía las prácticas, el técnico se daba vuelta y les repetía segunda pelota y cobertura. Saben cuántos de esos niños jugaron en Primera? Uno solo, y ustedes se preguntan el porqué? La razón fue porque no hubo formación”.

El estratega no dejó escapar temas y puntualizó varios aspectos básicos, tomando en cuenta la forma en la que se vive hoy día, desde la utilización de las redes sociales hasta el uso de la internet, incluyendo hasta cómo nos ven desde el exterior y las preguntas que se hacen del porqué surgen tantos futbolistas desde estas tierras, diciendo lo siguiente: “Saben de que son los trofeos, de plástico, y si quieren darle uno de estos a los botijas hacen una colecta y se lo compran. Se lo dan a los gurises, les dicen que son campeones y vienen a comerse un asado a la sede y dan la vuelta olímpica. Lo importante es la formación de niño, los valores que aprenda el niño. Por eso yo les digo, como ven de los padres, ven de los técnicos. Nosotros para venir a entrenar tenemos que hacerlo con el equipo deportivo que tengamos, por más pobre que sea, hay que explicarles el porqué se pasa la pelota con cara interna del pie y no con cara externa. Ahora, si vengo de trabajar en la oficina, me dieron la posibilidad de dirigir a los niños, no me preparo, estoy cuatro horas en Internet, porque ahora todos tenemos Facebook verdad? Y ahí empezamos con el me gusta, no pero vos sos más linda, y vos sos así y así, y encima nos sacamos fotos en el baño y con los azulejos rotos o el espejo partido, todavía ni a eso le prestamos atención. Ahora, si yo voy a trabajar con niños yo me tengo que preparar, tengo que hacer cursos, no querés ir al curso, usá Internet, porque bien usado es notable. Ahí encuentro páginas del Bayern Munich, Real Madrid, Ajax, los equipos mexicanos todos tienen fútbol base, hay de Argentina, Colombia, hay Uruguayas; y en todas te dicen específicamente que pueden hacer por ejemplo los niños de ocho años. Ojo, hay una diferencia, en el Bayern Munich son todos rubios, de ojos celestes, vestidos de Adidas, jugando en césped sintético y llenos de propaganda. Y nosotros podemos hacer exactamente lo mismo. Pero nosotros tenemos algo raro, vinieron: sociólogos, psicólogos, psiquiatras, pediatras y no se explican cómo ganamos tanto? Porqué Peñarol ganó faltando cero segundo, porqué Nacional ganó con gol de Waldemar Victorino que siendo bajito le ganó saltando a cabecear a dos zagueros del Inter que eran torres enormes? No se lo explican, no tienen ni idea, pero tampoco tienen idea que el único país que tiene canchas con bajada es acá. Por ejemplo, la cancha de Racing debe tener las mismas paredes en los vestuarios pero pintadas diferente de cuando yo jugaba en juveniles hace cuarenta años, la tribuna visitante sigue con la misma fila de tres banquitos y tiene poco más de un metro de alta. Organizativamente estamos diez veces atrasados con respecto al resto, por eso no lo entienden, y encima somos tres gatos locos. Entonces, cual es el tema, nosotros para trabajar con niños nos tenemos que preparar”.

Entre varios temas tocó uno fundamental, los ejercicios físicos, los cuales en la niñez son innecesarios ya que de por sí el niño es un derroche constante de energía y no para, sobre todo porque también desarrolla su curiosidad constantemente.
Además hay un factor clave, no tiene desarrollo de la masa muscular como si sucede cuando empieza a desarrollarse en la etapa de la adolescencia, ahí es donde se marca la diferencia con la niña en cuanto a la potencia física por la diferencia muscular y radica el porqué el fútbol no sigue siendo mixto.
También puso un ejemplo claro ubicándolo precisamente sobre el cabeceo al esférico y algunas tareas a desarrollar diciendo: “Qué no debemos hacer, no voy a cuestionar a nadie, pero si me voy adelantar. Ustedes saben que en el baby fútbol juegan niñas y niños en forma conjunta. Pero después del baby fútbol no porque cambian físicamente. Y saben porque en la niñez juegan juntos? Porque son exactamente iguales. Cuando un niño se desarrolla recién ahí se pueden hacer trabajos de fuerza, sabían eso? Nosotros vemos entrenadores que van hacer pretemporada a la playa del Cerro, subiendo cuestas. Y cuál es el tema? Prefiero alguien que no sepa nada, les tire la pelota y les diga vamos a jugar al fútbol, a aquel que le haga hacer trabajos de fuerza al niño. A los niños hay que hacerlos trabajar en fundamentos, enseñarles a parar una pelota, a desinflar el pecho, amortiguar la pelota, cabecear. Teniendo campo, pelota y niños yo les voy hacer una muestra bien fácil. Por ejemplo, practican dos veces por semana, sería bueno que fueran tres, pero por distintos motivos se hacen dos prácticas. Nosotros tomamos diez minutos de cada práctica haciendo trabajos de cabecear el balón (aquí mostró un ejemplo de cómo se cabecea instintivamente sin saber hacerlo y cómo se cabecea correctamente). Después va a venir el trabajo con los brazos para impulsarse, para cubrirse la cara, para meter el paso atrás, para saber meter el codo sin pegarle al rival, arquear el cuerpo para darle precisión y potencia a la pelota. La dificultad va en el tiempo y en el trabajo del niño que tiene que ser continuo, constante, no puede ser un día trabajamos como Real Madrid y otro como Sacachispas. Todo esto lleva un proceso, es lo que hay que hacer para darle maduración y respetar el proceso de los niños, cosa que no se ven en montones de lugares”.




Carlos De León continuó con el análisis del cabezazo a la pelota y también tocó un tema que es moneda corriente hoy en día, las publicaciones en las que se tilda a los niños como tigres o leones, argumentando que: “En todas las canchas escuchas dale fulanito, y así varios gritos de todos lados hacia el niño, y vos que trabajaste toda la semana si tienes la voz baja fuiste, me explico. Ahora yo les digo, vamos a hacer un calculo, diez minutos veinte cabezazos, dos veces a la semana son cuarenta cabezazos, al mes son ochenta cabezazos en cuatro semanas, diez meses que son el proceso que tiene el baby fútbol en el año son ochocientos cabezazos. Y en diez años son ocho mil cabezazos, entonces, aprendió a cabecear o no aprendió a cabecear? La respuesta es que si no aprendió al menos lo mejoró de lo que hizo inicialmente. Otro ejemplo, yo tenía un compañero que decía: yo a la barrera no voy. Y para mi es valiente porque yo no quiero un compañero que me haga de bailarina en la barrera y se de vuelta cuando rematan a mi arco. Todo es un proceso, no es solo selección, títulos, viajes, ganamos la copa, somos los mejores. En Facebook veo que ponen: arriba los leones, los tigres de tal cuadro, mi hijo es maravilloso, y veo las fotos donde ponen a los gurises de diferentes formas. Está bien, sacale fotos, pero si atrás de eso hubiese otro trabajo, yo me quedo tranquilo. Los padres saben que no hay ese trabajo, incluso son pocos los que trabajan por los clubes y muchos de ellos depositan a sus hijos para que los demás se hagan cargo. Hay que ser cuidadoso con las expectativas del niño, y de los padres, porque muchas veces tienen más ganas de jugar los padres y los abuelos que los propios niños. A los niños se los está formando para la vida, no todos van a llegar a Primera División y nosotros como padres debemos ayudarlos a que cumplan el sueño, pero tampoco podemos ser tan necios. Yo quiero que mi hijo patee los penales, sea campeón y llegue a ser famoso y todavía lo venden y no trabajo más, pero no es así. Están los padres posesivos y los padres interesados, que son los padres que depositan sus hijos en el club. Es más importante que el niño esté en el club, practicando deporte y tomando hábitos de deportista y fundamentalmente que estudien”

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